Embebimiento o infiltración

Con el objeto de distinguir las células sobrepuestas en un tejido y la matriz extracelular de otro, los tejidos deben embeberse en un medio apropiado, y a continuación, cortarse en rebanadas delgadas. Para la microscopia de la luz el método ordinario es parafina. Se coloca el tejido en un envase adecuado de parafina fundida hasta que quede totalmente infiltrado. Una vez que el tejido ha quedado impregnado de parafina, se coloca en un recipiente pequeño, se cubre con parafina fundida y, a continuación, se permite que ocurra el endurecimiento, con lo que se forma un bloque de parafina que contendrá el tejido.

Corte

Una vez que se rebajan los cortes del tejido para eliminar el material de embebimiento en exceso, se montan para el corte con un micrótomo. Este aparato está equipado con una hoja y un brazo que hace avanzar el bloque tisular en incrementos iguales específicos. Para la microscopia de luz el espesor de cada corte es de 5 a 10 micras (um).

Los cortes se pueden efectuar también en ejemplares congelados en nitrógeno líquido o sobre la barra de congelación rápida de crióstato. Estos cortes se montan en un medio de congelación rápida, y se cortan a temperaturas por debajo de los cero grados centígrados mediante una hoja de acero enfriada previamente. Los cortes se colocan en laminillas de vidrio también enfriadas de antemano, se permite que el montaje alcance la temperatura ambiental y se tiñe con colorantes especiales (o se tratan para histoquímica).

Montaje y tinción

Los cortes de parafina para la microscopia de luz ordinaria que se efectúan con hojas de acero inoxidable, se colocan (montan) sobre laminillas de vidrio (porta objetos) cubiertas con material adherente. Como muchos constituyentes tisulares tienen aproximadamente las mismas densidades ópticas, deben teñirse para microscopia de luz. La tinción para microscopia de luz se efectúa principalmente con colorantes hidrosolubles. Por tanto, primero se retira la parafina del corte y, a continuación, el tejido se rehidrata y se tiñe. Después de la tinción el corte se deshidrata una vez más de modo que pueda fijarse de manera permanente en el portaobjetos con un medio de montaje adecuado. El cubreobjetos no sólo protege al tejido del daño, sino que además se requiere para poder ver el corte con el microscopio.

Aunque existen varios tipos de tinciones que se han desarrollado para ver muchos componentes de las células y los tejidos, se pueden agrupar en tres clases: tinciones que distinguen entre los componentes ácidos, básicos de la célula; tinciones especializadas que distinguen a los componentes fibrosos de la matriz extracelular, y sales metálicas que se precipitan en los tejidos y forman depósitos metálicos en ellos.

La tinción empleada más a menudo en histología es la de hematoxilina y eosina, técnica a la que se hace frecuentemente referencia como H y E. La hematoxilina es una base que brinda un tinte azuloso preferencialmente a los componentes ácidos de la célula. Como la mayor parte de los componentes